El Diseño Gráfico puede tener muchos matices pero la constante es hacerlo bello, hacerlo un diseño seductor: para él, para el cliente y para el público.
Sin duda, la belleza es una meta importante en el diseño de muchos productos pero para que se llegue a un cánon de belleza y practicidad adecuados el diseño necesita ser limpio, creativo, especial y sobre todo, sano. Esta disciplina es mucho más que una imagen con impacto, puede ser sutil y al mismo tiempo seducir al consumidor. El diseño entonces para ser saludable y, por ende bello, debe expresar carácter, personalidad, estatus, sueños, deseos, todo ello es lo que hace que se venda el producto. En este sentido, el diseñador gráfico desempeña un papel clave para establecer la identidad del producto y/o de la marca. Es importante que se pregunte cómo equilibrar la necesidad del producto y usarlo a su favor, tanto como herramienta de ventas efectiva así como un artículo de consumo aceptable.
Las Bellas Industrias
Un campo en donde se pone de manifiesto el concepto “bello” aunado al de salud es en la Industria Cosmética y el Cuidado Personal: Cosméticos, shampoos, cremas corporales, esencias, aromatizantes, perfumes… todo ello parte de la premisa de hacer sentir bien al consumidor y brindarle un tipo de placer al tiempo de identificación en un diseño. Todo debe ser flamante, brillante, limpio asociado al sentimiento aspiracional.
Tanto el Diseñador como el encargado de Marketing o Comunicación debe estar atento al consumidor y los factores que harán que un anuncio, un POP o una página Web ligados a este rubro funcionen, es decir, Impacten, Atraigan, Seduzcan.
El Elemento de Seducción
Para que un diseño logre este cometido necesita saber todo el background que hay detrás.
Existen factores internos y externos que provocan una respuesta positiva o negativa ante un material gráfico por ejemplo la percepción que se tenga del producto, las actitudes, la motivación, el aprendizaje y la personalidad del consumidor o cliente, sin embargo hay un factor determinante que puede hacer la diferencia: La Cultura.
El Conocimiento de la Cultura de una sociedad es de vital importancia para la empresa, para la marca y para el diseñador, no sólo desde el punto de vista estratégico sino también por su impacto sobre la política del producto, precio, distribución y comunicación de la empresa.
Factores como la mitología, historias, leyendas o incluso películas, canciones y revistas hacen que se homogenice la “belleza” y por ende las campañas y los diseños. Debilidades, Temores, Roles, Estados de Ánimo, Aficiones y Gustos pueden hacer la diferencia tanto en el campo de la Cosmética y del Cuidado Personal como en cualquier otro rubro.
Empaques, anuncios, sitios, impresos: cualquier elemento del diseño gráfico debe más que satisfacer las necesidades, anticiparse a estándares, de esta manera será un diseño sobresaliente que toma en cuenta la forma, el fondo, el transfondo estético pero que también incorpora el elemento más importante: las personas a quienes va dirigido.
Fuente de apoyo: Marketing y Cosmética. De Garcillán López-Rua, Méncia. Editorial ESIC. España, 2007, 179 pp.ills.[:]